lunes, 27 de julio de 2015

ANDAR, CAMINAR, PASEAR


Los tres verbos se refieren a una actividad que es fundamental en la vida del hombre, pero cada uno de ellos tiene un objetivo y condicionante distinto.

Son necesarios en todas las edades del hombre:
En la más tierna infancia el niño aprende a desplazarse independientemente y usar su libertad, en la juventud es cuando se practica más y en la tercera edad es aconsejado médicamente.

 
Hay matices diferenciales entre andar, caminar o pasear:
Andar es el término más genérico de desplazarse a pie y es el medio para realizar una actividad. Da autonomía para cualquier acción y solo se valora cuando no se puede realizar.
Caminar tiene una entidad propia . Como su nombre indica es seguir un camino que enlaza dos puntos de interés a conseguir. Normalmente se programa con anticipación y se hace muchas veces en compañía. Existen rutas turísticas, históricas o ciudadanas que amplían la cultura. Es fuente de placer, de conocimiento y de unión si se realiza en grupo. Incluso se organizan marchas  solidarias.

Pasear es el nivel superior de la actividad de andar. Requiere tiempo, es decir no estar condicionado por el reloj ni por el destino y realizarlo con una actitud de contemplación para poder apreciar las sensaciones de belleza, olor y color que se van descubriendo a medida que se realiza el paseo. Esto da ocasión para pensar, recordar vivencias pasadas y reflexionar.

Quien anda mucho y aprende a contemplar
ve mucho, piensa mucho y aumenta su saber.

lunes, 20 de julio de 2015

SEMBRAR Y COSECHAR

En un oasis escondido del desierto estaba el viejo Ediam arrodillado al lado de un grupo de palmeras datileras.
Su vecino Hakim, acaudalado mercader, vio a Ediam muy sudado cavando en la arena y le dijo:

- La paz sea contigo, pero ¿qué haces aquí con este calor y esta pala en la mano?
- Siembro Dátiles, y le señaló el palmar.
El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esta tarea y vamos a la tienda a beber una copa de licor.
- No, debo terminar la siembra. Luego iremos.
- Dime amigo, ¿cuántos años tienes?
No sé, 60 ó 70, no sé. Lo he olvidado, pero ¿eso  qué importa?
- Mira amigo, los datileros tardan 50 años en crecer y dar frutos. Tú sabes que no cosecharás lo que hoy siembras. Deja esto y ven conmigo.
- Mira Hakim, yo como los dátiles que otro sembró. Yo siembro hoy para que otro puedan comerlos y en recuerdo y agradecimiento por el que los sembró, quiero terminar mi tarea.
- Me has dado una gran lección. Déjame que te pague esta enseñanza y le echó una bolsa con dinero.
- Te agradezco tus monedas amigo. Es verdad, probablemente no llegaré a cosechar lo que estoy sembrando, pero de momento he cosechado una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.

lunes, 13 de julio de 2015

LAS TRES REJAS

El joven discípulo llegó a casa del maestro y le dijo:

“Un amigo tuyo estuvo hablando de ti con maleficencia.

-Espera, interrumpe el maestro. Lo que vas a contarme ha pasado por las tres rejas?

La primera es la verdad: debes estar seguro de que lo que vas a decir es cierto. - “No, lo oí comentar a unos vecinos…”.

La segunda es la bondad: lo que me vas a decir ¿es bueno para alguien?- No, al contrario…”

La tercera reja es la necesidad: ¿es necesario hacerme saber eso que vas a contarme?- Quizás no.


Pues si no es cierto ni bueno ni necesario, olvídalo!

lunes, 6 de julio de 2015

CARTA D’UN INFANT ALS SEUS PARES

Dedicado a todos los padres en especial  a los de Lucas y Max.

No em doneu tot el que demano. Per sentir-me segur necessito conèixer els límits.

No m’escridasseu. M’ensenyeu també a mi a cridar.

No em doneu sempre ordres. Si en comptes de fer-ho així, em demanés-siu les coses, jo les faria més de gust i més de pressa.

Compliu les promeses tan si són bones com  dolentes. Altrament tant en un cas com en l’altre, deixaran de ser eficaços.

No em compareu amb ningú. Si em feu sentir pitjor que els altres, jo patiré.

Quan jo faig una cosa mal feta no us limiteu a renyar-me. És preferible que m’ensenyeu a fer-ho millor.

Deixeu que em valgui per mi mateix.

Quan us equivoqueu en alguna cosa admeteu-ho. M’ensenyareu també a admetre les meves equivocacions.

No em digueu que faci coses que vosaltres no feu. Jo aprendré allò que feu encara que no m’ho digueu, però mai no faré allò que vosaltres dieu i no feu.

Quan us expliqui un problema meu, no em digueu :”no tinc temps”. Procureu comprendre’m i ajudar-me, ja que, per a mi, sí que és una cosa important.

Expliqueu-me perquè he vingut a aquest món.
I no us acontenteu d’estimar-me: digueu-m’ho també sovint.

El vostre fill que us estima i que vol créixer al costat vostre.