El éxito y satisfacción de todo debate depende de la actitud, tono y educación de los participantes en sus intervenciones sobre todo cuando el tema es de gran importancia para los asistentes.
Estas dos variables de fondo y forma condicionan todos los debates y valdría la pena que distinguiéramos entre lo que es:
Dialogar, discrepar, discutir y acordar.
DIALOGAR
es
expresar en tono pausado el punto de vista de cada uno con las razones que lo
sustentan. Los demás deben escuchar, no interrumpir y si quieren, exponer sus
sugerencias o discrepancias no creyéndose poseedores de la verdad ninguno de
ellos. Este intercambio de opiniones es muy útil para todos pues es la ocasión
de enriquecer los propios conocimientos aprovechando las opiniones ajenas. Se
entra con una idea y se sale con varias más.
En las reuniones familiares o informales y con temas poco
importantes es más fácil conseguir un "clima de diálogo".
DISCREPAR: es
opinar de forma diferente. Esto en sí no es malo porque el objetivo de todo
debate es contrastar opiniones y el discrepar tiene la ventaja de que
desarrolla el ingenio y enriquece el conocimiento.
Cuando se tocan temas que afectan material o
sentimentalmente a los asistentes, acostumbran
a agruparse los que tienen opiniones coincidentes. Así refuerzan su
razonamiento pero existe el peligro de que se polaricen estos grupos y no respeten las
normas de educación. Esto puede romper la unidad del grupo y es un mal
precedente para futuras reuniones.
DISCUTIR: Cuando
los razonamientos se expresan de forma agresiva se llega al conflicto. Esto
ocurre cuando más que argumentar sobre el tema se recurre al ataque personal o
a la burla de la opinión contraria e incluso del interlocutor.
ACORDAR: Muchas
veces es imprescindible llegar a acuerdos en nuestra convivencia a nivel
familiar, empresarial y ciudadano.
Hemos de estar convencidos de que para conseguir un
acuerdo duradero se ha de conseguir por consenso y para ello es imprescindible
que cada persona:
-
Escuche los pensamientos y deseos de los demás.
- No
interrumpa ni descalifique a las otras personas.
- Valore
los puntos de vista de los otros.
- Procure
incorporar ideas y matices de los asistentes con el fin de facilitar el
acuerdo.
- Esté dispuesta a renunciar una parte de sus opiniones
para incorporar ideas de los otros.
Cuando se llegue a una situación de discrepancias
importantes y para evitar el enfrentamiento de las personas es conveniente
detener y post-poner la reunión para dar tiempo y ocasión a reuniones parciales
entre los asistentes. Se ha de intentar plantear el tema con calma cuantas
veces sea necesario.Procurar sintetizar las opiniones compatibles y debatir posibles puntos de encuentro.
Es mejor debatir, incluso discutir una cuestión sin llegar a un acuerdo, que resolver una cuestión sin haberlo discutido.
Un buen acuerdo es aquel en el que nadie sale del todo satisfecho.