APRENDER O GANAR

Extracto del artículo de David Carabén en La Vanguardia.

Si te sientes tranquilo en el trabajo que estás realizando o quizá no estás trabajando en lo que te conviene, recuerda que cuando te metes en el agua un poco más allá de donde tienes pie, es decir, cuando empiezas a no tocar, te encontrarás en el lugar idóneo para hacer algo más interesante de lo que estás haciendo.

Con motivo del nombramiento de Guardiola como entrenador en el Manchester, un periodista le preguntó si estaría solo tres o cuatro temporadas como había hecho él en los otros clubs donde había entrenado.

Guardiola contestó:

- No he venido a ganar sino a aprender.

Si hubiese pretendido lo segundo me hubiera quedado en Barcelona con los jugadores magníficos que tienen pero es una vocación que he aprendido gracias al deporte, la vocación de aprender.

Cuando el espíritu competitivo se utiliza para aprender, para saber más, para mejorar, es más provechoso que pensar solo en ganar.

Es aleccionador ver que quien lo tiene todo ganado se sigue complicando la vida.

Aprender o ganar no es una disyuntiva: SOLO GANA QUIEN SIGUE SIEMPRE APRENDIENDO.

LA COMUNICACIÓN ASERTIVA

La empatía es la predisposición para comprender, acoger, aceptar y valorar a las personas con las que nos relacionamos. Es tener la sensibilidad para apreciar sus sentimientos y deseos. Su práctica nos mejora personalmente porque reduce nuestro egoísmo al tener presentes las necesidades de los demás.

Dice un proverbio oriental que la empatía es el gran don de los humanos.

En toda comunicación se transmite información, conocimientos, emociones y sentimientos y cuando esta comunicación va acompañada de empatía lo llamamos comunicación asertiva.
 

En la comunicación oral se puede apreciar mejor la actitud de empatía.

Para conseguir una buena comunicación asertiva se necesita:

- Desearla vivamente.

- Iniciarla con una sonrisa y unas frases amables.

- Tener una escucha activa que se demuestra con la mirada, en la forma de estar concentrado en nos que nos dicen intentando comprender y preguntar sin interrumpir.

- Pero lo más importante es sobre todo procurar apreciar los sentimientos del interlocutor y las necesidades fruto de sus circunstancias concretas. Ayuda mucho a que nuestras relaciones sean más eficaces, y a la vez da felicidad al que lo practica.

Hay un dicho japonés que dice: "El que habla, siembra, el que escucha recoge".

"Casi todas las cosas buenas que  suceden en el mundo nacen de una actitud de afecto hacia los otros" Dalai Lama.