Es la respuesta o
reconocimiento a una acción o favor que nos han hecho.
Aunque tengamos la buena
costumbre de decirlo frecuentemente hemos de reflexionar sobre las ventajas que
nos aporta ser agradecido: Supone reconocer nuestra satisfacción por la acción
recibida, nos da una felicidad interior al ir sustituyendo los deseos de
conseguir lo que no tenemos por la valoración de los que gozamos en el
presente.
El agradecimiento se puede
demostrar con pequeños detalles: sonrisa, mirada, gestos...
Como toda actitud, para que
se convierta en hábito necesita repetición y cada vez seremos más sensibles a
valorar lo que tenemos.
Un cuento oriental apoya
esta idea:
Un
viajero encontró a un pastor en un campo y le preguntó. ¿Qué tiempo hará hoy? El
pastor le contestó: "El tiempo que a mí me gusta". El viajero le
preguntó de nuevo:"¿Cómo sabe que hará el tiempo que a usted le gusta?"
Sonriente el pastor no dudó en contestar: "Habiendo descubierto que no
siempre puedo tener lo que a mí me gusta, he aprendido a disfrutar siempre de
lo que recibo y de las circunstancias en las que vivo".
En nuestras relaciones con
los demás la gratitud tiene mucha importancia ya que la demostración de nuestro
agradecimiento llega al corazón de las personas y nos permite compartir
felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario