jueves, 17 de octubre de 2013

SER ABUELOS

Es una de las etapas felices de la vida. Te hacen abuelo en la madurez, en un momento en que las actividades y obligaciones profesionales permiten disponer de mayor tiempo para los nietos.

Esta dedicación está resultando muy enriquecedora para mi mujer y para mí.

En primer lugar es una actividad que podemos hacer juntos y al ejercer de abuelos, el contacto con estas vidas emergentes nos permite conocer opiniones, expresiones  y modos de actuar de su entorno y a la vez ayudar a sus padres en algunos servicios que les son difíciles de atender.

La convivencia frecuente de las tres generaciones es una ocasión para volver a vivir los ciclos de la vida.

El nacimiento de cada uno de los nietos nos recuerda el de sus padres y nos da ocasión de compartir con ellos este mágico momento.

En la infancia nos sorprenden sus primeros pasos, sus dichos y sus descubrimientos.

Cuando ya se puede hablar y jugar con ellos(aunque en ocasiones nos dejemos ganar) establecemos un contacto más personalizado. Por una parte vas conociendo mejor sus personalidades, sus actitudes, sus sentimientos y es una edad muy receptiva para transmitirles vivencias y valores necesarios para su formación.
La confianza que se consigue y la sinceridad con que hablan, permiten juicios descarados. Si les preguntamos si nos ven "jóvenes o viejos", la sentencia está clara..."viejos". Aceptamos el dictamen y hasta se lo contamos a nuestros amigos.

Cuando llega la adolescencia. Empiezan a formar sus criterios con discrepancias, discusiones y rebeldías. Si se ha conseguido tener un nivel de confianza con ellos, como además no somos los primeros responsables de su educación ni de su disciplina: horarios, permisos... los abuelos  se convierten en sus confidentes y en algunos casos cómplices, sin menoscabar la autoridad de sus padres.

Los abuelos somos transmisores de la unión y conocimiento de las raíces familiares: identidad, valores, historia, costumbres. Informaciones muy importantes para la consolidación de su personalidad. Si en nuestras relaciones tenemos una actitud  de disponibilidad, apertura, comprensión y apoyo , recibimos a cambio entretenimiento, cariño, actualización y compañía.

Es una etapa de la vida que si la vivimos con intensidad resulta muy satisfactoria.

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