Extracto
artículo de P.L. Armengol
Estar casado significa
convivir íntimamente con la pareja. Vivir al lado de una persona que te quiere
y te valora es una gran fuente de felicidad.
Para conseguir una
convivencia que sea realmente positiva, ayuda mucho la delicadeza en el trato.
No es suficiente un cariño sincero pero frío.
Hay muchas ocasiones que se
puede demostrar la delicadeza: felicitar por los pequeños éxitos, agradecer con
una caricia aquello que te han hecho para ti, recordar fechas o hechos
significativos con algún detalle que demuestra que has pensado en la otra
persona, saber escuchar sin interrumpir aunque no estés de acuerdo con lo que
el otro dice.
Un signo muy claro de
delicadeza consiste en estar atento al estado de ánimo del otro. Es muy duro
estar acompañado pero sentirse solo...
Hay que cuidar el lenguaje.
Hay palabras que expresan ternura y cariño, pero hay otras que hacen daño
porque indican incomprensión, autosuficiencia. Nuestra palabra tiene mucha
fuerza.
La delicadeza es una
expresión de amor que rompe la rutina, llena el corazón y hace amable y
enriquecedora la convivencia.
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