La cifra de nuestra edad determina el tiempo de nuestra
existencia.
Hemos de distinguir entre la edad cronológica y la edad
emocional, que nos indica la madurez de la persona.
La pregunta clave es: ¿ es cierto que el paso de los años
es garantía de madurez?
Los años son peldaños que , a medida que los subes, vas
consiguiendo más amplitud de miras, has
tenido más oportunidades de aprender tanto de las situaciones favorables como
especialmente de los problemas y fracasos.
Todas estas experiencias enriquecen nuestra personalidad.
Tenemos tendencia a PRE-juzgar, que quiere decir juzgar
por apariencias entre ellas la edad de una persona, atribuyendo cualidades y
defectos de una persona según su edad cronológica. Podemos pensar que si es joven
es una persona inexperta, impetuosa, abierta al cambio y si es mayor será una
persona conservadora, menos activa, controlada...
Cuando conocemos verdaderamente a una persona vemos que algunas
veces no coinciden los patrones con la madures de la persona.
De la infancia a la juventud hay una gran trecho.
De la juventud a la madurez un gran paso.
De la madurez a la vejez un instante.
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