lunes, 4 de enero de 2016

BRINDIS DE NAVIDAD 2015

En la celebración familiar de Navidad procuro recordar los valores que hemos recibido de los antepasados e intentamos transmitir a hijos, nietos y desde este año también a los biznietos.

Hoy quiero destacar un valor menos conocido que es necesario y será más necesario en el futuro para la buena convivencia que es la responsabilidad cívica.

La revolución francesa destacó tres valores para la convivencia: la igualdad proveniente de la filosofía griega, la legalidad del derecho romano y la fraternidad de la cultura cristiana. Los dos primeros fueron incorporados en la legislaciones de los países democráticos y el tercer valor aunque no sea una obligación legal, sí es un deber moral el sentirnos responsables de abrirnos a la realidad que nos rodea y disponibles ayudar a los demás y dejarnos ayudar. Esto es especialmente necesario en las grandes ciudades donde abunda el individualismo.

No es fácil renunciar a unos derechos en poder o bienestar a favor de otros ciudadanos que conviven con nosotros y que contribuyen a que tengamos estas oportunidades. Esa idea de compartir la hemos vivido y por lo tanto aprendido desde la más tierna infancia en nuestra vida familiar.

Es importante plantearse seriamente cómo hacer partícipe a otras personas una parte de lo que hemos recibido. Esto es lo que entendemos por responsabilidad cívica: en lugar de buscar el tener y retener solo para nosotros, hemos de compartir nuestro tiempo, conocimientos y experiencia participando en actividades que ayuden a otras personas.

Brindemos para que nos ayudemos mutuamente a mantener y aumentar este sentido de fraternidad social.

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