sábado, 1 de septiembre de 2012

EL BUFÓN (P. Schram)

Hace tiempo, en un país lejano, murió el rey.
Para elegir el sucesor tenían la costumbre de soltar el pájaro de la sabiduría, que tenía fama de adivino. La gente esperaba que el pájaro se posara sobre la cabeza del que tenía que ser el futuro Rey.
Pero ocurrió una cosa inesperada: el pájaro, después de dar muchas vueltas se posó sobre el bufón del reino que se pasaba el día divirtiendo a la gente.
Inmediatamente le llevaron al palacio real dónde le lavaron con aguas perfumadas y le cubrieron con el manto y la corona real y le dijeron:
recordad majestad, que de ahora en adelante os tenéis que comportar como un rey y no como el bufón.
El ayudante de cámara recogió el casquete y el vestido rojo del bufón para quemarlos, pero al verlo, el rey dijo:
no se te ocurra quemar estas cosas y ordenó que se construyera una cabaña en uno de los patios del palacio y que sólo él podía tener la llave.
Todo el mundo sabía que el Rey visitaba la cabaña cada día y permanecía un tiempo dentro y no entendían que hacía él allí.
Pasaron los años y llegó un día que la gente de palacio no pudo soportar más la curiosidad y mientras él estaba dentro de la cabaña se reunieron todos en el patio y cuando el rey salió y vio a todos los cortesanos y criados de la corte que le pedían una explicación dijo:
recordad que me dijisteis que me tenía que comportar como un rey. Cada día cuando vengo aquí veo mis antiguas ropas, me acuerdo de quien soy, de dónde vengo  y del tiempo que divertía a la gente y denunciaba los abusos e injusticias. Este recuerdo me ayuda a ser un rey más justo, más humano y más próximo a las necesidades de la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario